La pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir y también nuestra forma de consumir y el canal Horeca (Hostelería, Restauración y Catering) es uno de los grandes afectados por la crisis sanitaria y sus consecuencias.
En este momento, venimos observando tres comportamientos clave que caracterizan al nuevo consumidor que ha llegado para quedarse: el aumento del uso de plataformas de e-commerce y/o delivery, la preocupación por el bienestar y la búsqueda de momentos de placer y ocio tras las restricciones y la creciente demanda de productos sostenibles que viene acompañada de una cada vez más arraigada preocupación por el planeta.
Estas características del nuevo consumidor podemos concretarlas en dos claras tendencias hacia las que deben ir encaminadas las acciones del sector Horeca, para su completa recuperación y adaptación al nuevo horizonte tras la pandemia: la digitalización y la sostenibilidad.
Según el último informe “Rethink: Food & Restaurants”, elaborado por The Valley, el impacto de las tecnologías en los sectores de la hostelería y la alimentación tras la pandemia, se refleja en cuatro tendencias que irrumpen de manera clara en la evolución del canal Horeca: la innovación en la producción de alimentos, los productos y servicios personalizados y conectados, más customer experience y modelos de negocio inspirados en la economía circular y sostenible. Es decir, digitalización y sostenibilidad.
Entre las tendencias emergentes en el ámbito de la investigación y la innovación aplicadas al sector podemos encontrar alimentos creados en laboratorio que aportan al consumidor alternativas innovadoras a la cesta de la compra.
Para ello, funcionan ya por ejemplo los FoodLabs, dedicados a la fabricación de prototipos gastronómicos como pueden ser frutas cultivadas en condiciones de altas temperaturas y escasez de agua, de forma más sostenible, o alimentos ricos en proteínas hechos a base de electricidad, aire, agua y bacterias.
Queremos productos y servicios personalizados, a demanda, y que estén conectados, y la tecnología hace que podamos ofrecerlo.
Así, están ya en auge y para abastecer la demanda, las Dark Kitchen, cocinas que elaboran platos exclusivamente para los servicios de delivery o la posibilidad de comprar a domicilio a través de asistentes de voz, gracias a la Inteligencia Artificial.
Automatizar procesos y optimizar la experiencia del cliente son ya una necesidad y para ello la tecnología pone a nuestro alcance la gestión de datos o la robótica, dando lugar a nuevos modelos de gestión y negocio acordes al nuevo y exigente consumidor.
Desde clubs de fidelización para mejorar la experiencia de usuario o apps que integran el pago, hasta los supermercados robotizados que empieza a gestarse ya de cara a los próximos años o la posibilidad de pedir comida de forma hiperrealista, viendo los platos de la carta mediante realidad aumentada.
Sostenibilidad y transparencia forman parte también de las exigencias de los nuevos consumidores en base a sus cada vez arraigadas convicciones sobre el cuidado del planeta y la importancia de la responsabilidad social de las empresas.
En este sentido, se habla ya del upcycling, que aprovecha materiales reciclables para crear productos de mayor valor que los de su procedencia, como ocurre con alimentos que se cocinan en impresoras 3D con productos que desechamos por su madurez en el día a día.
Está claro que el universo tecnológico está a los pies de la hostelería y su canal de distribución. Subirse al tren de la digitalización y la sostenibilidad será la propuesta de valor que permitirá a las empresas del sector ser presente y futuro inmediato de esta nueva realidad.